6/20/2017

¿Por qué tengo conjuntivitis?


En las últimas semanas seguro que habréis escuchado que alguien cercano a vosotros tiene o ha tenido conjuntivitis. Hoy queremos profundizar en esta patología, por qué se produce y qué tipos de conjuntivitis nos podemos encontrar.

La conjuntiva es el tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo o esclerótica. Participa en la formación de componentes de la lágrima y en la defensa inmunológica del ojo, aunque su misión fundamental es proteger al globo ocular de agentes externos (polvo, bacterias, cloro…). Su labor como barrera defensora del ojo la hace estar muy expuesta, siendo especialmente susceptible a traumas, infecciones y reacciones alérgicas. La inflamación de la conjuntiva se denomina CONJUNTIVITIS.

Hay varios tipos de conjuntivitis, pero para simplificarlo, nosotros lo vamos a resumir en dos grandes grupos:

- Conjuntivitis infecciosa: Viene provocada por virus o bacterias y puede afectar a un sólo ojo, a los dos, o más a uno que a otro. Normalmente produce un líquido parecido a mucosidad (blanquecina, amarillenta o verdosa), que cristaliza durante el sueño y se fija a las pestañas o la comisura de los ojos formando lo que conocemos como legañas. A veces también ocasiona inflamación y edema en el párpado. En el caso de las bacterias, suele tratarse con colirios y pomadas antibióticas. La conjuntivitis ocasionada por virus está asociada con frecuencia a catarros y, como ocurre con estos, no se puede hacer nada para frenar el proceso, aunque sí hay tratamientos para aliviar los síntomas.

- Conjuntivitis alérgica: es una respuesta excesiva del organismo a un agente alérgeno como, por ejemplo, el polen de algunas plantas, los ácaros del polvo, el pelo de animales, hongos, cosméticos o antibióticos. Se caracteriza porque produce mucho picor y enrojecimiento. En muchas ocasiones viene acompañada de otras enfermedades, como la rinitis, la dermatitis, el asma o la urticaria. Puede producirse de forma estacional o durante todo el año. Para combatirla es necesario no frotarse los ojos (o aumentará el picor), y limpiarlos con soluciones salinas estériles y jabones de PH neutro. Pueden tratarse con antiinflamatorios no esteroideos, corticoides tópicos, antihistamínicos y lágrimas artificiales, ya que pueden producir una sequedad excesiva en el ojo.

Los síntomas que nos indican que padecemos conjuntivitis son:
- Irritación o hinchazón de esclerótica (parte blanca del ojo) o del párpado.
- Aumento de lagrimeo.
- Secreción mucosa blanca, amarillenta o verdosa.
- Picazón.
- Sequedad ocular.
- Aumento de la sensibilidad a la luz.
- Sensación de arenilla.
- Presencia de legañas en las comisuras de los ojos o en las pestañas.

Si padeces alguno de estos síntomas, ve a tu médico de cabecera para que te recete el tratamiento oportuno. Si notas que estos síntomas van en aumento, será necesario que visites al especialista, en este caso al oftalmólogo.

Además, para evitar contagiar al resto de tu familia, debes seguir las siguientes normas:
  • Lavarse las manos con frecuencia.
  • Evitar tocarse o frotarse los ojos.
  • No compartir productos específicos para los ojos, ya sean cosméticos (máscara de pestañas, rayas o sombras de ojos…), lentes de contactos o envases de las mismas o las gafas. 
  • No compartir la misma toalla para secarse la cara.
Seguro que ahora tienes más claro qué es la conjuntivitis, qué la causa y qué tipos hay. Si tienes cualquier duda, ven a nuestro gabinete. ¡Te esperamos en Opticalia Look!

6/12/2017

¡Me pican los ojos! ¿Qué hago?


Seguro que en más de una ocasión has tenido sensación de escozor en los ojos. Y esa sensación puede deberse a muchas cosas: que nos haya entrado algo en nuestros ojos, que tengamos el síndrome de ojo seco, que tengamos conjuntivitis... Pero la cuestión es, ¿sabemos cómo debemos actuar en cada caso? Hoy os explicamos qué debéis hacer.
Como os hemos comentado, hay diferentes motivos por los que podemos tener sensación de escozor e incluso quemazón en los ojos. Puede ser por:
  • Que se nos haya metido algo en el ojo: una mota de polvo, un insecto, una de nuestras pestañas... Sea lo que sea, seguro que te genera incomodidad. Cuidado cuando se trata de elementos como astillas de madera o hierro en el trabajo, ya que nos pueden causar heridas graves.
  • Síndrome de ojo seco. Ya hemos hablado en alguna ocasión sobre este trastorno. El ojo necesita hidratación por que nuestras lágrimas no llegan o por que no son de buena calidad. Esto provoca que nuestros ojos se irriten.
  • Fatiga visual. Cuando forzamos demasiado nuestra vista, pasa factura a nuestros ojos. Por ejemplo, si pasamos muchas horas delante de un ordenador sin hacer los descansos recomendados. Esto nos puede generar una sensación de sequedad en nuestros ojos que nos puede molestar mucho.
  • Conjuntivitis. Seguro que más de un@ de vosotr@s la habéis sufrido. Esto sucede cuando un virus, una bacetera o un alérgeno se queda en la parte transparente del interior de nuestros párpados.
  • Orzuelo. Un orzuelo es un folículo de la pestaña infectado. Esa inflamación genera una molestia importante en nuestra visión.
  • Úlcera en la córnea. Una úlcera, como todos sabemos, es una herida abierta. Cuando la sufrimos en nuestra córnea, además de ser muy molesto, es peligroso ya que puede afectar de manera importante a nuestra visión.

Estos son los posibles casos por lo que podemos sentir molestias en nuestros ojos, pero, ¿cómo actuamos?
De manera general nuestra reacción es frotarnos los ojos para ver si se nos pasa. Es un error muy grave. Lo primero de todo, hay que guardar la calma. Segundo, no te toques los ojos, ya que puede empeorar el problema que tenemos.
Importantísimo, lávate las manos. Si vas a verte en un espejo para ver qué puedes tener en tus ojos, hazlo de manera higiénica, ya que si tienes las manos sucias, puedes irritarlo aún más.
Si ha entrado algo en tu ojo, lo mejor es que utilices lágrimas artificiales para 'forzarlo' a que salga. Si tienes dudas sobre el cuerpo que haya podido entrar en tus ojos, es mejor que acudas cuanto antes a urgencias.
Si las molestias no dismimuyen, es mejor que pidas cita al especialista, o si la molestia es poco soportable, acude a urgencias.
Seguro que estos consejos te ayudan a actuar de la mejor manera cuando estés en una situación parecida. Y si tienes alguna duda, pregúntanos directamente en nuestra óptica.
¡Te esperamos en Opticalia Look!

5/25/2017

La higiene de tu oído es fundamental


Puede parecer obvio que una buena higiene en tus oídos es fundamental para que tu salud auditiva sea óptima. Sin embargo, ¿es únicamente el aseo el único aspecto a cuidar?

En primer lugar, centrándonos en el aseo, es cierto que nuestros oídos pueden producir demasiada cera o cerumen. Hay que tener en cuenta que esta cera es un aceite natural que realiza dos funciones: mantiene lubricado nuestro conducto auditivo y protege de los elementos externos. No obstante, en el caso de que se produzca el mencionado exceso, se puede limpiar con mucha precaución para no empujarlo de nuevo hacia dentro.

También es muy importante secar nuestros oídos después de ducharnos o bañarnos. Así evitamos que esa humedad que queda en el interior del conducto se convierta en gérmenes que nos puedan provocar una otitis.

Pero cuando hablamos de higiene auditiva, nos referimos también a ciertas actividades que debemos evitar para producir daños en nuestra audición, como por ejemplo, evitar ruidos muy fuertes. En ocasiones se debe a que nuestro trabajo se realiza en un entorno donde se producen ruidos muy potentes (obras, bares, etc...). En este caso, os aconsejamos que protejáis vuestros oídos con tapones antirruidos.

Muy aconsejable es que vengáis también periódicamente a nuestro gabinete. Una buena revisión a tiempo puede corregir problemas de audición en el futuro.

¡Os esperamos en Opticalia Look!

5/22/2017

Cuida los ojos de los más pequeños del sol durante este verano


En verano es cuando la luz solar hace más estragos en nuestra salud, y por eso debemos estar muy pendientes de este tema, sobre todo para proteger a quienes son más vulnerables, nuestros hijos.

Los padres siempren se están pendientes para que los rayos del sol no hagan daño a la piel de los más pequeños, con protección solar o con gorras para evitar quemaduras. Pero, ¿por qué no cuidar de igual manera los ojos?

Los niños y niñas son quienes están expuestos a un mayor riesgo, puesto que sus sistemas oculares no están acabados de desarrollar y por lo tanto, reciben más radiación que una persona en edad adulta. Por eso no proteger la visión de nuestros hijos pes puede provocar lesiones agudas a largo plazo, como son la queratitis solar o quemaduras retinianas. Otras lesiones más leves que puede provocar la radiación solar son cataratas o pterigium, así como la posibilidad de desarrollar la degeneración macular asociada a la edad.

En el caso de que nuestros hijos tengan, además, los ojos de color claro, son más sensibles a tener molestias si hay una alta luminosidad.

Los bebés deben llevar gafas de sol

En primer lugar hay que indicar que un bebé de menos de seis meses en ningún caso debe estar expuesto a los rayos del sol. El bebé siempre debe estar a la sombra, con una crema solar indicada para bebés, camiseta y gorro. Una sombrilla no es la solución, puesto que puede dejar pasar hasta un 30% de la radiación. Y muy importante, tienen que beber agua frecuentemente para mantenerlos hidratados.

Por eso se recomienda que los bebés de seis meses en adelante utilicen gafas de sol. Y lo que es más importante, que las gafas de sol estén homologadas. Nunca las compréis en tiendas que no sean un centro óptico.

Si tienes cualquier duda, ven a nuestro centro donde te asesoraremos sobre ésta y otras cuestiones. ¡Te esperamos en Opticalia Look!